jueves, 22 de agosto de 2013

Zapatos nuevos zapatos viejos

Zapatos nuevos zapatos viejos

Me sorprendo mirando zapatos de verano delante de varios escaparates, pero lo cierto es que si lo pienso tengo varios pares que, aunque no son nuevos, tampoco están mal. Pienso en qué es lo que se esconde tras esta pequeña compulsión. Está claro que la sociedad te impulsa al consumo, que los escaparates son atractivos, pero también creo que las personas son en general inteligentes y conocen las estrategias del mercado, así que tiene que haber una razón más profunda.

Regreso a mis zapatos viejos y veo que para mí, en este momento, esa es su cualidad esencial: son viejos. Parece que no los quiero ver envejecer más. Quiero apartarlos de mi vista, que no completen su vida en mis pies, conmigo dentro. Es como si evitásemos ver cómo acaban las cosas. Por eso nos gustan tanto los niños y los cachorros, están lejos de la muerte.

Creo que esta huída de la muerte, del futuro, nos hace querer comprar cosas que no necesitamos físicamente pero sí mentalmente, porque nos ayudan a sobrevivir siendo un poco más inconscientes al rodearnos de cosas nuevas que están de alguna forma un poco más vivas.

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