martes, 10 de febrero de 2015

El dentista


                       De pequeño iba solo al dentista, a uno  que se llamaba “Sanguino Paz”. Cuando subía por las escaleras de su edificio pensaba que al menos de segundo apellido se llamaba “Paz”

                      De pequeño iba solo a muchos sitios reales o imaginarios pero de los reales este es el más impactante

                      En la sala de espera había una tele y más niños, ellos acompañados de adultos, algunos de los cuales hacían además mientras esperaban su turno, los deberes.

                       Resulta difícil imaginar un tormento peor para un niño que estar haciendo los deberes mientras  espera turno para que le saquen una muela y además sin poder ver la tele sintonizada en el canal de la programación infantil.

                       De fondo se oía el ruido del torno arremetiendo contra los dientes, el aspirador de saliva y los gritos y los lloros de las otras criaturas.

                       Me acuerdo de todo esto porque ahora mismo estoy sentado en una de esas cafeterías con degustación que han abierto en esa misma calle y desde aquí veo el portal y viéndolo  la pregunta que me viene a la cabeza es :

  ¿Como es posible que a nadie se le ocurriera nunca, pero nunca, nunca cerrar la puerta de la sala de espera?

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