lunes, 30 de noviembre de 2015

Woody

 

    Esta mañana en el bar todo flota en el ambiente literalmente. Tengo la música a tope en los auriculares y observo como la gente intenta comunicarse en una pantomima absurda.

    En la tele como siempre está el telediario. La presentadora está todavía más guapa con el pelo corto.

    Imagino que deja de leer las noticias y que escapa de la pantalla por un momento, como un espíritu, como un fantasma para sonreírme y revolverme el café.

    Si estas cosas ocurrieran, aunque sólo fuera de vez en cuando, el café estaría siempre más dulce y la vida sería como una película, de Woody Allen.

 

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