lunes, 8 de febrero de 2016

Cajones



   De nada sirve abrir los cajones y revisar los viejos cuadernos y los viejos objetos en busca de repuestas.

  Los cajones se acaban convirtiendo en agujeros negros que succionan tu aliento y tu alma. Sabiendo todo esto, tal es mi desapego a la vida, soy absorbido al abrir uno de ellos y me encuentro de repente rodeado de gigantescos papeles, pilas gastadas, botones y relojes antiguos.


   Haciendo un titánico esfuerzo avanzo arrastrándome hacia la parte delantera del cajón abierto y en la esquina izquierda encuentro un agujero desde que puedo ver el suelo. Me lanzo a través de él con todas mis fuerza y vuelvo a entrar en mi cuerpo a través de la boca que por suerte ha quedado abierta al desmayarme.

  Cuando recupero la conciencia lo primero que hago es cerrar el cajón entreabierto, corro a por una bolsa grande de basura y sin pensarlo dos veces abro el cajón a la vez que lo introduzco en la bolsa, lo sacudo bien  y cuando lo noto vacío lo saco, cierro la bolsa con un doble nudo para evitar que su contenido vuelva a atraparme y coloco el cajón, ya vacío en la mesita de noche.

  Saco la basura al rellano, antes de tiempo .No hay nada tan necesario como deshacerse del pasado para poder volver a empezar.

1 comentario:

  1. "Amé tu pasado, pero tú cambiaste tu presente y ya no me encuentro en tu futuro".

    Ángel Hernández Huerta

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