miércoles, 23 de marzo de 2016

Otro paseo matutino




   Hoy en mi paseo matinal, que realizo por prescripción médica, veo al indigente que venía al bar donde trabajaba, ese  al que yo daba café con leche y churros y al que un "compañero" cuando yo no estaba, quería echar agua hirviendo por encima.

 El  hombre asustado por sus amenazas dejó poco a poco de venir.

  Parece que el señor está muy recuperado, lo veo hasta en su posición corporal, ahora camina erguido. y me alegra mucho que así sea.

 Veo en un escaparate una antigüedad muy hermosa. Pienso que muchas cosas bellas están desapareciendo del mundo, pero con ellas se va de él también el lujo, lo que sin duda es bueno.

  Una señora temerosa se aferra a su bolso, como si pudiera ver en mi mente todas las maldades que he estado pensando esta última semana.

  Por fin paso por el lugar donde estuvo una antigua puerta de la ciudad y que fue derribada en 1868

   Hay en una pared una reproducción a tamaño aproximado dicha puerta. Me pregunto en qué momento decidieron los habitantes de la ciudad que ya no merecía la pena tener un recinto seguro ¿Se sentían a salvo?

   Me inclino a pensar que se sintieron, como todo el mundo alguna vez, modernos.

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