El fumador sale de la biblioteca. Se sabe porque lleva el cigarro en la boca sin encender, a modo de palillo desde la planta tres.
Va anunciando su ansia y lo que va a hacer en el escaso resquicio de libertad que le va quedando.
Bendito el fumador a quien sólo no dejan fumar, a otros sin embargo no les dejan comer o calentarse y a otros ni respirar, ni siquiera humo de tabaco, ni tampoco el humo contaminado de las ciudades.
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