miércoles, 6 de julio de 2016
Indigentes.
No todos los indigentes pueden dormir por las noches, sobre todo cuando les atenaza el frío . Pasan la noche en vela, moviéndose y sólo después, durante el día descansan en los bancos bajo el sol o bajo techo, en las bibliotecas públicas.
Antes podían dormir por las noches bajo techo, como es debido, en las estaciones de tren pero a esto, poco a poco, los arquitectos le han puesto ya un indigno remedio.
El aislamiento entonces es total, no hay nadie con quien hablar por las noches, donde cualquiera que ande por ahí pasa a ser sospechoso, de lo que sea, pero sospechoso.
Dormir a ratos sueltos, cuando buenamente te lo permiten te lleva a perder también la vida de los sueños para no recuperarla nunca, nunca más.
Entonces se llega a un estado de desvanecimiento parecido a la borrachera constante y para no perder también este nuevo estado de ensoñación se busca la cerveza el vino, la única manera de sobrevivir a cielo abierto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Gracias, Quique, por hacernos reparar en ello. Un abrazo.
ResponderEliminargracias a ti, un saludo.
Eliminar