lunes, 31 de octubre de 2016

La danza y el tambor



   Leo en algún sitio que la danza primitiva y el tambor se consideran una imitación de la creación.

   Pienso que entonces que de la nada surge el movimiento, todos los bailarines se organizan en torno a algo, orbitan alrededor de algo, de un fuego, como hacen los planetas con las estrellas y estas con las galaxias.
 
   Todo se acompasa rítmicamente, tiene una cadencia y a resultas de esta surge el Tiempo y puede distinguirse entre los danzantes el Espacio, que naciendo entre ellos les separa.

domingo, 30 de octubre de 2016

La vela




  He cambiado de casa y por tanto de hábitos. Ahora escribo en la mesa del comedor y ya no salgo a hacerlo a los bares, aunque sigo llevando encima mi propia brújula.

 Aquí tengo la tranquilidad que necesito para trabajar y un sólo gato para inspirarme.


 Antes de empezar, para asegurarme de que no abandonaré por cualquier cosa la mesa, enciendo una vela. 

sábado, 29 de octubre de 2016

A casa

 

   Sólo me ves cuando brillo y aun así te sigue costando un esfuerzo, tanto, que te agotas, tanto. que te vas.

  Vuelvo entonces a quedarme solo al borde del abismo, lo miro, hacia abajo.

   Distraigo mis ojos del fondo, que me llama apasionada y amorosamente, con un libro, o escribiendo

  ¡Que pobres armas para defenderse de tan fuerte llamada!

   Por ahora logro resistirme mirando otros peligros menores,

   Sólo Dios, si es que existe, sabe porqué cada día vuelvo de nuevo a casa.

Camino



Este camino no se puede enseñar, por eso es tan duro cuando lo recorres.

Vuelve a ser duro cuando miras atrás y ves a los amigos que se han quedado rezagados y te piden un consejo que no les sabes dar.

 Si además miras hacia delante entonces eres tú el desorientado que pide ayuda a los de delante que apenas se vislumbran entre la niebla.

 Deja de pedir ayuda, de nada sirve para seguir caminando,deja de pedir y avanza.

viernes, 28 de octubre de 2016

Ni el menor interés




  No tengo el menor interés. Dicen que en eso consiste también mi enfermedad, en no encontrar el placer en la vida, no, en las cosas pequeñas tampoco, pero yo sé bien que no es sólo mi sistema nervioso el que causa todo esto, es también, el hartazgo de la violencia cotidiana de fondo cuando uno no se acostumbra ni se resigna a ella, cuando uno se cansa de luchar con todos para que al final nadie consiga nada.

   Nadie puede culparme de mi falta de entusiasmo por el fútbol, por los actores, por las actrices, todos iguales, por unos talones cada día más bonitos unas axilas cada vez mejor depiladas y cada vez por más tiempo, por los yogures con laxante incorporado, por las gafas "de marca" , por los nuevos grupos musicales (por llamarlos de una manera en la que todos podamos saber de lo que estamos hablando), por los nuevos best sellers, por las pirámides, por los dinosaurios, por el Yeti, por las últimas fotos retocadas de las "modelos" de moda, que han pasado en cincuenta años de ser maniquíes a ser "estrellas" ¡pobres estrellas! ( me refiero a las de verdad, a las del cielo). Ni siquiera se puede estar interesado, sin sentir verdadero dolor, por esta política tan económicamente violenta.

  Están dejando al mundo sin contenido y acabarán quedándose, por puro entretenimiento, como ya pasa con el dinero, hasta con tus más profundos pensamientos y también, por ser insaciables, con tus más íntimos sentimientos.

jueves, 27 de octubre de 2016

Sueño con la abuela





Sueño con mi abuela en camisón rosa, con cuerpo de niña pero con el aspecto que tenía cuando murió.
Mi hermana y yo también somos pequeños, tenemos aspecto de niños.
La abuela dice que ya es momento de irse a la cama y me meto en la cama donde ella va a acostarse.
- Pero esta cama es muy pequeña, no caben dos, dice, y me echa amablemente a otra cama.

Ha pasado un día de este sueño y he empezado a leer una recopilación de los sueños que Kafka dejó escritos, desperdigados en cartas y a lo largo y ancho de su obra.

En un solo momento, como ocurre con toda idea, comprendo el significado del sueño.

La última vez que vi a mi abuela fue en su lecho de muerte y lo último que me dijo refiriéndose también a mi mujer fue "Que todo os vaya del color de rosa". Aquella cama en la que ella estaba no era todavía para mi, de momento sólo cabía ella y a mí todavía no me corresponde ocuparla.

Me dice este sueño, o me digo yo a mi mismo a través de este sueño, que la muerte no es lo que debe venir ahora yo soy todavía un niño comparado con mi abuela, nosotros los niños dormimos en otras camas.

Esto en el momento del sueño es muy significativo. Estoy saliendo de una depresión y todos los días pienso en el suicidio, a veces pensar en esto es liberador porque este acto se ve como una salida al tremendo sufrimiento que esta enfermedad provoca, pero parece que mi interior me dice que este no es el camino, que no puedo meterme en la cama de una persona que ya no vive. porque allí no quepo.

 Todavía ese no es mi lugar.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Un buen día

 Un buen día, sin una sola nube, sin tristeza, sin discusiones, sin problemas.

 Un buen día, sólo el Sol, la hierba y el viento.

 Un buen día, un sueño.

martes, 25 de octubre de 2016

Polvo



  Los atardeceres son más bellos que los amaneceres, con todos esos tonos rojizos, naranjas, rosas y malvas.

 Leo que esto se debe a que por la tarde hay más polvo en suspensión en la atmósfera.

 Lo que el libro no dice es si el polvo se decanta por la noche y cae a la superficie terrestre, como se posa el barro de un agua turbia si pones un poco de ella en una jarra.

lunes, 24 de octubre de 2016

La mente viaja



La mente viaja sin cortapisas. Un pájaro estampado en una blusa, encerrado en su jaula de tela, me transporta a los amaneceres veraniegos, al campo que despierta poniendo en marcha también mi vida, al olor de las castañas asadas en las vacaciones de invierno, a las ranas croando en la oscuridad de mi cuarto viejo y frío entrometiéndose en mis sueños, a la calidez de la chimenea encendida.

La protección y el cuidado eran entonces la felicidad entera.

De pronto un frenazo. Lo siento en la espalda, que choca con una barra. La chica de la blusa de pájaros se levanta. Le toca bajarse en la próxima parada.


domingo, 23 de octubre de 2016

Uno deJulio

 

    Uno de julio, salgo a la calle y me parece que se me echa encima el invierno. Tengo la niebla muy dentro y no me la quita de encima el sudor ni el calor de la estrella más densa.

    Alzo la cabeza, las bicicletas siguen guardadas entre la bruma en los balcones.

     Siento en en la boca el sabor de una menta amarga y lenta.

sábado, 22 de octubre de 2016

Patines



   Si lo piensas bien, si lo recuerdas fielmente, nunca has tenido una tristeza tan profunda ni tan pura como la que tuviste cuando eras niño.

  Los mayores miedos, las grandes alegrías, todas ellas enormes, como nunca.

  Las emociones nuevas, como los patines nuevos, cuanto más nuevas más se sienten, más ruedan.

viernes, 21 de octubre de 2016

Hospital

    

     Lo mío es una infección de orina importante. Tras el ingreso hospitalario el sábado por la noche y tras el primer gotero de antibióticos el dolor y los demás síntomas desaparecen, aunque sé que no me darán el alta al menos hasta el lunes o el martes.

    Tengo suerte con el compañero de habitación. Nada más llegar lo primero que hago es bajar la mampara que a modo de cortina separa ambas camas y me da un poco de intimidad.
El señor del otro lado y yo no nos molestamos en toda la noche.

    La mañana va pasando con las rutinas habituales y conozco a mi compañero, un señor mayor. El motivo del silencio nocturno es que el pobre no está para  muchos trotes.
Llega el cambio de turno para los cuidadores de Rafael, que así se llama el hombre. Esta tarde está su mujer que llega con la hija de ambos, una chica con discapacidad mental que se pone nerviosa “Pípi” “Caca” dice cuando le toca cambio de pañal a Rafael.

   Poco a poco me voy enterando de lo que le pasa tiene un cáncer que le afecta al páncreas, al hígado y al estómago pero no está aquí por eso, la válvula que debería ayudarle a distribuir el alimento por su cuerpo no funciona y hasta que su cirujano no vuelva de vacaciones no pueden operarle, pero tampoco está aquí por eso, hace unas semanas le dio un ictus y no puede mover la parte derecha de su cuerpo, por eso no puede moverse de la cama y de ahí los cambios de pañal.
Él no se queja mas que de dolor en la garganta, me figuro que por efecto de la quimioterapia y de la radioterapia, le duele a cada momento y sobre todo al tragar.
Hoy Rafael quiere dormirse y que le dejen en paz así que apagamos la luz y  yo leo en mi libro electrónico que por suerte tiene luz.

   La tarde siguiente también aparecen su mujer y su hija que empieza a gritar. “Calla” dice Rafael “Calla” repite Yoli riéndose, la madre dice “bajito, bajito”, “Bajito, bajito” grita Yoli. Su madre se la lleva a dar un paseo.


   Rafael y yo nos quedamos dormidos y al cabo de un rato oigo entrar a la madre y a la hija, “Cantar, cantar” dice Yoli, “Bajito, bajito” replica la madre y Yoli empieza a cantar bajito una especie de arrullo que es profundo, suave, fuerte y desesperanzado como una oración, Yoli lo acaricia todo con una voz que recuerda a los cánticos rituales de las tribus de indios americanos, me llega a lo más profundo del alma, bajito, bajito, y yo me estremezco y pienso en lo bello que es el mundo a pesar de los pesares.

jueves, 20 de octubre de 2016

Cansada

  Sé que estás cansada, cansada de todo, también de mí, noto tu hartazgo .

  Tú todavía no sabes que es, porque también es verdad que me quieres.

  Pronto ya no estaremos juntos. Lo intentaremos  pero surgirán mil problemas.

  Tus mensajes son cortos, lentos, tu atención escasa. Ya estás huyendo de todo lo mío, de lo más lejano, de lo más extremo a lo más íntimo y cercano.

  Ese es el recorrido inverso al amor por eso, el amor, también está ya lejano.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Ni siente ni padece



  Ponerse en la piel de alguien que ni siente ni padece ¿En primer lugar, es esto posible? Y suponiendo que fuera posible ¿Se podría volver desde ese grado de insensibilidad a la vida humana o habría un punto de no retorno como sucede en los orgasmos pero en versión cutre, tras la que ya no sería posible regresar a la conciencia?

  Siempre he pensado que no hay ninguna máxima, ni siquiera la cartesiana que sirva para sostener luego otra cosa que no pueda ser rebatida. ¿Pienso luego existo? No parece resistir esta frase el análisis de un simple aficionado como yo mismo. Cuando estuve en estado de coma no pensaba, pero existía, quizá no era consciente de mi propia existencia pero existía y cualquiera con una cámara fotográfica podría haber dejado constancia empírica de este hecho.

  Argumentan los defensores de dicha máxima que lo que quería decir Descartes (ya empezamos con explicaciones a lo Faemino y cansado) es que existo porque sé que existo, que la conciencia da sentido a la existencia, puede, al menos para el ser pensante, pero como todo el mundo sabe ese “sentido” es algo subjetivo, para mi mismo, por ejemplo,  el tener conciencia de mi mismo no da sentido alguna a mi existencia, me da conocimiento de ella, si es que decido creer en mi conciencia, nada más.

  Volviendo a la pregunta inicial ¿Es posible ponerse en la piel de alguien que ni siente ni padece?

   Como todo, nadie lo sabe y más nos valdría a Descartes a mí y a todo el mundo dedicarnos a solucionar las cosas importantes que son las que le joden la vida a la gente en vez de, como todos los “grandes filósofos” , gastar su “increíble inteligencia” en disputas que no van a ningún lado.( Vaya listos de los cojones).

  Como dijo el gran Tolstoi “El preguntarse eso es como preguntarse qué pasaría si ahora en vez de ser verano fuera invierno”.

   Para que no parezca que me escaqueo de responder a mi propia pregunta sólo diré que me parecería más adecuado a la realidad humana el decir “Siento luego existo” así se responde a la pregunta, si una persona no siente ni padece no existe y por tanto el ponerse en su piel sería algo así como morirse en vida, pasar a otro estado de cosas de las que nunca se ha podido regresar.




martes, 18 de octubre de 2016

Guepardo.



  El guepardo salta a la carrera en una milésima de segundo y alcanza su máxima velocidad en otro instante. El aire, antes inofensivo, golpea con fuerza sus párpados y los tallos de la maleza arañan su bella piel rayada. Al caer, tras cada salto, sus pezuñas sufren contra las piedras y contra la aridez del suelo terroso y duro de la sabana.

  De todo esto el guepardo nunca se queja. No exhibe sus debilidades y así nadie sospecha que a veces pasa hambre cuando se le escapa una presa.

  En esta astucia descansa la dignidad y la belleza del guepardo cuando arranca, cuando duerme, cuando descansa, cuando está quieto, cuando observa, cuando piensa.

lunes, 17 de octubre de 2016

Las palomas y el tranvía.

 

  Una paloma ha acabado bajo las ruedas del tranvía. Sólo quedan de ella algunas plumas ensangrentadas entre las hendiduras de las vías.

   Las palomas, como no podía ser de otro modo también se están quedando sordas, igual que nosotros. También a ellas se les embotan los sentidos con el ruido y con la contaminación.

    Los tranvías por el contrario se han quedado mudos, hoy día son silenciosos, algo curioso en medio de tantos decibelios de tal forma que tampoco los humanos los oímos venir y ellos pierden parte de su esencia no anunciándose al llegar.

Amarlo.

 

     Mis pies se sustentan en algo tan débil, tan frágil, tan duro, tan profundo...

     Es un niño y su llanto, un niño que busca desesperádamente algo que le calme sin encontrarlo, a pesar delos años.

    Ahora que ya he llegado a la mitad de la vida puedo verlo, comprenderlo y amarlo.

domingo, 16 de octubre de 2016

El claxon.


 Puesto que parece que las cosas verdaderamente importantes son difíciles de cambiar se podría mejorar, al menos el sonido del claxon.

 Para empezar no estaría mal incorporar un control de volumen con dos posiciones. Igual que los coches tienen luces de cerca y de lejos y nadie se vuelve loco por eso, podía este control de volumen tener dos posiciones, que podrían ser llamados carretera y ciudad. 

 Para terminar estaría bien añadir algún otro sonido más, creo que por lo menos se necesitarían tres, uno para pedir disculpas, otro para dar las gracias y un último para mandarlo todo a tomar por culo.


sábado, 15 de octubre de 2016

Gente con gato, gente sin gato.


Pienso en el pobre Fanz Kafka, en sus escritos, en sus sueños, en sus cartas, en su angustia, en su tristeza. Kafka era, hasta donde yo sé, un escritor sin gato.

Pienso en Van Gohg, pobre Vicent, trabajando sin descanso en sus cuadros, alcoholizado, sifilítico, sin amor, sin oreja. Un ser humano que sufría en su búsqueda del color, que quería atrapar la belleza del mundo. Pidió ser ingresado en un psiquiátrico para no causar problemas y acabó pegándose un tiro en el pecho con la pistola que usaba para espantar a las palomas de los trigales. Las cartas que le escribió a su hermano Theo le revelan como un gran ser humano, un sabio. (Un sabio tiene el mismo derecho que cualquiera a volverse loco).
Van Gohg fue toda la vida un pintor sin gato.

Pienso entonces en Sylvia  Plath. La primera vez que intentó suicidarse era todavía una joven estudiante, falló en la dosis y acabó vomitando las pastillas. La segunda vez, ya casada, se levantó una mañana, les subió el desayuno a los niños y metió la cabeza en el horno. No hubo una tercera.

Virginia Wolf  se metió en el río con los bolsillos llenos de piedras para morir ahogada como Ofelia.
Que se sepa ni Virginia ni Sylvia tenían gato, eran también escritoras sin gatos.

María Zambrano en su exilio francés llego a tener veintiocho felinos aunque ella vivía en el campo, cuando volvió a Madrid se  trajo sólo dos.

Charles Bukowski no tuvo gatos hasta que fue un hombre maduro asentado, decía que debía haber muerto varias décadas antes a causa de sus excesos, daba gracias por todos aquellos años “ de propina” mientras escribía y acariciaba a alguno de sus ocho gatos.

Yo de momento tengo dos gatos, Nada te ata tanto a la tierra ni a la vida, nada te enseña tanto, ni te equilibra tanto como tener gato, aunque me pregunto cuántos serían para mí suficientes.

jueves, 13 de octubre de 2016

Árbol caído



 Un árbol ha caído en mitad del bosque. Nadie lo ha visto caer ni lo ha oído pero yo sé que ha ocurrido.
Se ha llevado por delante la humilde y antigua línea telefónica que unía nuestras dos casas cada vez más separadas.

  Primero fue el terremoto que engulló el puente por el que cruzar al lado del otro. Luego llegaron los hielos invernales que cortaron el camino largo, que de no utilizarse ya andaba casi perdido entre la maleza.

  Ahora, con esto del puente no sabe uno cuando salir de casa a buscarte.
Los gatos arañan las ventanas por dentro intentando atrapar sus propios reflejos yo tampoco puedo hacerlo pero seguro que ellos lo intentarán más tarde y lo conseguirán en sus sueños.

Melocotón

 

 En mis sueños descanso desnudo y destapado sobre la cama con los brazos en cruz, la mano de una mujer desconocida que aparece flotando sobre mi cabeza sostiene un melocotón.

 Lo suelta con delicadeza y la fruta rueda elegantemente  atravesando mi frente, nariz, cuello y torso.
Al llegar a mi abultado abdomen cae hacia la izquierda volviendo en dirección a mi cabeza rodando a lo largo de mi costado.

  Una vez en mi axila la mano lo recoge y vuelve a lanzarlo sobre mi frente con el mismo resultado, aunque en esta ocasión el melocotón se desvía hacia la derecha y es mi costado derecho sobre el que vuelve llegando a la otra axila.

 No me molesta el tacto que es todo lo suave que puede ser esta fruta pero cuando la misteriosa mujer se dispone a lanzarla por tercera vez un picor insoportable me recuerda que soy alérgico al melocotón.
Me arde la frente, el pecho, la tripa y los costados y este picor es lo que logra despertarme con todas esas partes de mi piel enrojecidas.

  Me pongo una crema que tengo para estos casos y tomo un potente antihistamínico por vía oral. Finalmente me ducho para calmar la piel.

  Un poco más tarde, ya restablecido por completo consulto uno de mis diccionarios “El lenguaje de los símbolos” que en la entrada “Melocotón” dice:

 “En China el melocotón es símbolo de la inmortalidad y longevidad… suele representarse surgiendo del jardín del paraíso donde su árbol da fruto cada tres mil años”
¿Es posible que esta interpretación sea tan certera? Es verdad, tengo alergia a esta fruta, a la longevidad y a la vida.

lunes, 3 de octubre de 2016

Contra


  Se dice a menudo que una sola nota musical no puede estar desafinada y que nos damos cuenta de que por ejemplo la guitarra está desafinada, cuando tocamos varias notas a la vez, es entonces cuando nos ponemos a dilucidar que cuerda es la que está desafinada contra las otras (a veces puede ser más de una, o todas).

  Asimismo nos sentimos solos “en contra”  de los otros, en contraste con los otros, por eso la soledad no aparece siempre cuando estamos solos y sin embargo podemos sentirnos solos entre la gente, contra la gente.