Una mujer tira al suelo un cigarro encendido sin darse cuenta de que ella misma lleva sandalias.
Varias personas se meten en el mismo bar que yo sin saludarme, pero no me hacen sentir que no estoy porque parecen hologramas.
Lo mismo ocurre con las personas que más tarde se sientan en mi banco del parque, lo que hace que me pregunte no sin cierta ilusión ¿Soy acaso yo el holograma?
No hay comentarios:
Publicar un comentario