lunes, 25 de diciembre de 2017

No construir más

Durante años una de las estrategias que utilicé para sobrevivir fue la creación, no tanto la creación artística (que es un placer en si misma), como el trazado de planes que impulsaran la vida cotidiana hacia delante.

Hoy, con cuarenta y cuatro años tengo ya la satisfacción , para bien o para mal, de considerarme un ser terminado, acabado,  en el mejor de los sentidos. Así que ese afán de construcción de cara al futuro, huelga, por estar ya fuera de tiempo.

Me veo así libre de tener que construir una relación de pareja duradera, una familia, una carrera académica, artística o musical.

Tras mi enfermedad he tenido el placer de recuperar mi oficio de camarero y de sentir, gracias a él, que soy capaz y libre de ejercerlo en cualquier lugar del mundo.

 La vida, tal como ha sido, y de ella no cambiaría ni una coma, me ha llevado hasta aquí  como a otros les lleva a otros lugares y ahora queda el mayor y más placentero de los quehaceres de la vida: Estar, sin más. en ella.

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