martes, 13 de febrero de 2018

Refugiados en el Vaticano

Oigo en las noticias que el Papa Francisco ha llamado a los países de la Unión Europea a cumplir con su obligación con los refugiados. Investigo un poco para ver si la Cabeza de la Iglesia ha hecho su parte del trabajo y leo que el Vaticano tiene una Sección de Migrantes Refugiados, bajo la dirección del propio Santo Pontífice, que alienta a los demás, a asistir a estas personas desplazadas. 
Me entero de que el Vaticano tiene de hecho acogidas a varias familias sirias de diferentes religiones, aunque no consigo averiguar cuantas, algunas informaciones hablan de doce personas en 2015 y nueve más en 2016. No encuentro más datos del 2017 ni del 2018 . No son muchas, pienso, y me parece una pena. 

Muchos sentimos alegría cuando vimos, al principio de su papado, a Francisco decir todas aquellas cosas tan avanzadas para la Iglesia, y aunque sabíamos que al fin y al cabo este Papa es también sólo un hombre, y sobre todo un cura, y que él solo no puede cambiar en pocos años casi dos mil años de conservadurismo religioso, esperábamos mucho más.
Hablo de tema con una persona que me dice que sí, que hay más refugiados en el Vaticano, en los espacios, que dice, utilizó la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial para acoger a los judíos. No puedo confirmar sus palabras, pero aunque fueran ciertas, todos esos refugiados, a la vista no están, ni siquiera en internet (Ojalá me equivoque en esto).


A mi personalmente me hubiera gustado ver la Plaza de San Pedro cerrada al turismo y llena de tiendas de campaña para asistir a los refugiados, porque como recibí una educación religiosa, sé que fue para esto para lo que Jesucristo creó la Iglesia, o al menos eso nos decían los curas en las interminables clases de religión y en las misas obligatorias, en las que escuchamos miles de veces aquello de que "Hay que predicar con el ejemplo" 


Pienso en San Pedro llena de refugiados ¿Cuántos cientos o miles, cabrían en la plaza más grande de Europa? e intento imaginar el ejemplo ético y moral que supondría para la Unión Europea, a la que unas palabras de buena voluntad desde el balcón no van a a ablandar. 


No es que espere que esto suceda, pero al imaginarlo me entristece que alguien que tiene tanto poder en el mundo para cambiar las cosas, tan fácilmente. se conforme con hacer gestos, que sin duda son de agradecer, pero que se quedan en eso, en gestos, en política, al fin y al cabo.


Asuntos como este demuestran que no es la gente la que se ha alejado de la Iglesia, es la propia Iglesia la que se ha alejado si misma, dejando lamentáblemente a sus feligreses (entre los que dicho sea de paso, hace décadas que no me encuentro) huérfanos de liderazgo moral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario