sábado, 30 de diciembre de 2017

Autosuficiencia

Tirar del hilo, de una impresión apuntada en mitad de la calle en un cartón

Tirar de una intuición que me sirva de excusa para empezar a escribir, para escribirme, para así verme reflejado en el espejo que es el papel, para ya no estar más sólo, creando con mi escritura mi propia compañía.

Crear una intimidad diferente, construida por mi mismo y sólo para mi mismo.

Hay que aprovechar lo que se tiene y ser capaz de transformar la soledad en sueño, el aislamiento en descanso de los demás y de uno mismo y ese descanso en paz y en libertad. .

jueves, 28 de diciembre de 2017

Buenas personas

A menudo me cruzo con personas que por su educación o por su ideología piensan de forma diferente a mi sobre tal o cual cosa, están en su derecho, es la diversidad, y además eso, en realidad no es lo importante.

Lo importante no es pensar de otra forma, lo lesivo es ser inflexible y mantener los problemas en el plano del pensamiento, de lo abstracto, de la razón, porque el pensamiento no es algo verdadero. y esto les impide ver la realidad de fuera de sus cabezas: a las personas que están delante y que son de carne y hueso.

A menudo les disculpo "son buenas personas", me digo a mi mismo, aunque a veces pienso que para ser de verdad buena persona, no sólo en el plano del pensamiento, sino en la realidad, que es donde corresponde serlo, hay que ser capaz de pensar por uno mismo en el otro, y por tanto de actuar por uno mismo, correctamente, hacia el otro

Ilustraré todo esto con una anécdota infantil:

Un día mi padre fue a buscar el chocolate y no lo encontró porque yo me lo había acabado, "Pero hombre, hay que dejar siempre algo para los demás" me dijo, "No me he dado cuenta" contesté, a lo que él replicó "Pues hay que darse cuenta".

Sobre todo hay que darse cuenta de una sola cosa: Uno no está solo en el mundo,  hay más gente en él.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Humildes

Los humildes no llegan nunca lejos en un mundo que premia la osadía, que es descendiente directa de la ignorancia.

La humildes no triunfan en este mundo, pero sin humildad no es posible aprender nada, así que, aquí estamos en manos de osados ignorantes incapaces de aprender nada debido a su soberbia.

Así ha sido siempre y así será. No es posible cambiarlo pues cada vez,los osados ignorantes, acaparan más poder. Sólo se puede ser consciente del problema y cargar con las consecuencias de este "darse cuenta" de las cosas.

Menudo premios nos da el entendimiento. Vive Dios (Si es que existe),

martes, 26 de diciembre de 2017

Selección humana.

El que mejor se adapta al entorno sobrevive, logra reproducirse y transmitir sus genes (Darwin Dixit). 

Viendo cómo es el entorno, la degradación del mismo por el ser humano, y el entorno del propio ser humano: la sociedad en la que este vive, tan absurda y superficial, se entiende que el mundo está entrando en un círculo vicioso, en el que el tipo de seres que se reproducen son los más aptos, aunque sólo para este tipo de entorno. 

La novedad es que ya no son las leyes de la naturaleza las que rigen este proceso, sino las del ser humano, que al ser capaz de manipular el entorno se ha hecho con el control de la situación. Me refiero, está claro, sólo a los pocos seres humanos que han llegado a la cima de la cadena trófica. 

Y así es como poco a poco se van quedando en el camino la inteligencia, la humanidad, la naturaleza y en definitiva, toda la belleza del mundo.

lunes, 25 de diciembre de 2017

No construir más

Durante años una de las estrategias que utilicé para sobrevivir fue la creación, no tanto la creación artística (que es un placer en si misma), como el trazado de planes que impulsaran la vida cotidiana hacia delante.

Hoy, con cuarenta y cuatro años tengo ya la satisfacción , para bien o para mal, de considerarme un ser terminado, acabado,  en el mejor de los sentidos. Así que ese afán de construcción de cara al futuro, huelga, por estar ya fuera de tiempo.

Me veo así libre de tener que construir una relación de pareja duradera, una familia, una carrera académica, artística o musical.

Tras mi enfermedad he tenido el placer de recuperar mi oficio de camarero y de sentir, gracias a él, que soy capaz y libre de ejercerlo en cualquier lugar del mundo.

 La vida, tal como ha sido, y de ella no cambiaría ni una coma, me ha llevado hasta aquí  como a otros les lleva a otros lugares y ahora queda el mayor y más placentero de los quehaceres de la vida: Estar, sin más. en ella.

Mirando

Apenas alzas la mirada en la calle, por encima de los coches aparcados y de los rótulos de los comercios, aparece todo aquello que pretende estar escondido ante nuestros propios ojos.

Antenas parabólicas, rejas , geranios, perros y gatos encerrados en las balcones. Tipos fumando en las ventanas  mirando el escote de las chicas, como si fueran ellos los que dentro de un rato fueran a desnudarlas.

Las construcciones, todas amontonadas en cualquier calle de cualquier ciudad, sosteniéndose unas en otras como harían los borrachos a primera hora de la mañana.

Kilómetros y kilómetros de cables eléctricos  recorren los edificios, primero rodeándolos a la altura de sus tobillos, para luego ir ascendiendo hasta las azoteas. lanzándose después a la captura de otros edificios, saltando por encima de aceras y calzadas, atrapando a sus presas como lo haría un nido de víboras recién salido de sus huevos, expandiéndose en todas direcciones en busca de alimento.

Así, mires donde mires aparecen capas y capas de piel de un mismo animal que se mueve, se reproduce y consigue sobrevivir  comiéndose a sus propios hijos como el mismo Dios del Tiempo

domingo, 24 de diciembre de 2017

Por sus voces los conoceréis

Incluso los científicos saben que las conclusiones son ilusorias

Aun así hay quienes tienen muy claras sus propias ideas ( Aunque casi nunca sus propias ideas sean, en realidad, suyas)

Una conclusión contundente, emitida por una voz clara y fuerte es un síntoma inequívoco de una debilidad interior.

Para dar impresión de seguridad, estos tipos, que lo saben todo, se anclan sobre el suelo con las piernas abiertas, ponen las manos sobre las caderas y se impulsan balanceándose de atrás hacia delante con el cuerpo, para soltar sus gritos, como quien escupe contra el viento 

Pero, para para no caerse y mantener el equilibrio. no hay que estar plantado y quieto,  hay que estar como encima de una bicicleta, siempre en movimiento.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Poesía

De nada sirve tener la mirada cayendo en otros lugares más extensos, más profundos, más elevados.

El vuelo es corto, la caída  segura.

Las calles tironean de mi camisa y de mi memoria, recupero entonces mi desesperanza y mi lirismo

La poesía no es más que tristeza: La antesala de la enfermedad, de la agonía y de la muerte.




jueves, 21 de diciembre de 2017

La gente se cansa

La gente se cansa de bucear en tus abismos, de seguir pasos ajenos,de ser condescendiente y amable, y siguen su propio camino, como corresponde.

Da igual lo que te dijeran tus amigos en la adolescencia o en la juventud, o tus amantes durante años entre las sábanas.

No se considera esperar a los heridos, ni mucho menos remolcárles, o hacerles un hueco en el transporte. No hay coche escoba que valga.

La vida sigue avanzando siempre y la gente camina rápido, intentando que no le atrape el tiempo, y mucho menos su propio pasado, ni su memoria.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Playa


Camino ya por la tarde por el paseo marítimo y veo asombrado gente en la playa, sentada en sus hamacas, dándole la espalda al mar, entonces me pregunto, si no quieren ver el mar  ¿A qué coño han venido?   Observo más atentamente y me doy cuenta de que no es que estén locos, es que prefieren calcinarse tomado el sol y van moviendo sus asientos hacia él, como si fueran girasoles.

Imagino que estas personas son presas de un frío interior indescriptible, que necesitan ese calor solar para mantenerse vivas en su interior, allí abajo, fuera del alcance del mundo, como si fuesen, ballenas o  mantas rayas en mitad del océano y mirasen hacia la luz, buscando consuelo, a través de una atmósfera densa y acuática.

viernes, 8 de diciembre de 2017

"Que salga preparada"

Estoy leyendo en un bar, y  pesco al vuelo, no por gusto,  una conversación entre unas señoras sobre las notas de sus nietas adolescentes, una de las cuales está presente, y juguetea con su teléfono móvil.

Tras las consabidos comentarios acerca del sistema educativo una de ellas dice: "Mientras salga bien preparada..." ¿Preparada para qué? pienso yo ¿Para la vida?  ¿Para el dinero? ¿Para la vida laboral? ¿Para la vida emocional?

Seguramente nadie se habrá preocupado de inculcarle a la chica el placer por la lectura. Este sí que es un recurso útil, con el que uno puede defenderse y puede  aliviar, gratuitamente, todos los pesares de la vida, esos para los que nada ni nadie puede prepararte.

Me dan ganas de levantarme y de regalarle a la nieta uno de los libros que siempre llevo conmigo, pero me contengo para no parecer un loco, mientras me digo a mi mismo que además sería inútil, porque que para ella, me temo,  ya es demasiado tarde.


jueves, 7 de diciembre de 2017

La picaraza

 Son las cuatro de la tarde y me dirijo a  a abrir el bar del parque donde trabajo. La pequeña construcción tiene dos plantas y en la escalera que lleva a la terraza superior, encuentro una picaraza atrapada, que pugna por salir a cielo abierto golpeando su cuerpo contra  frío y duro cristal  de la puerta.

Como con su histérico aleteo no me deja acercarme al pomo de la puerta para abrirla y permitir su huida,  la voy empujando como puedo hacia la planta de abajo, donde ya he dejado abiertas las dos grades puertas de entrada al público, pero ella, en vez de seguir la corriente da aire fresco, se dirige hacia el gran ventanal del comedor, donde vuelve a chocar contra el vidrio, tras el que se ven los chopos y las ramas de los sauces cayendo en el río, y por el que entra la luz gris y aterciopelada de la tarde nublada.

Aprovechando que la picaraza está abajo, subo corriendo a la puerta de la terraza de arriba y la abro, después bajo a por ella y armado con un trapo de cocina la azuzo hasta que logro que encuentre de nuevo el hueco de la escalera y la salida del edificio, entonces la oigo chirriar, libre, contra las nubes en mitad del viento.

Cuando todo esto acaba, y mientras sigo con la apertura del establecimiento, me da por pensar que las personas somos como esa picaraza, empeñados en herirnos furiosamente contra los contra los cristales de la vida en vez de buscaros una salida.



lunes, 27 de noviembre de 2017

La luz al fin del túnel (Letra de canción)

Tu amor cupo en una maleta, el mío esparcido y sin embalar
las cosas que van sucediendo, no me quitan las ganas de andar

Y la luz al fin del túnel ya, va llegando sólo hay que esperar

Después de hacer todo el camino
Tirar tu toalla justo al final
y no concederle a la suerte, ni momento ni oportunidad

Y la luz al fin del túnel ya, va brillando sólo hay que esperar

Y aunque a veces te sueño, no es para más
que para saber que no estás

Tu amor cupo en una maleta, el mío esparcido y sin embalar
las cosas me van sucediendo, no me quitan las ganas de amar

Y la luz al fin del túnel ya se ve
qué brillante no me perderé

Y la luz al fin del túnel ya se ve
cómo brilla no me perderé.

sábado, 25 de noviembre de 2017

El anillo

Parecía un anillo de plata vulgar y corriente, feo, plano, brillante por dentro y mate por fuera, fino y lleno de pequeñas rayas y de abolladuras causadas por el uso, y sin embargo, tenía una gran cualidad.

Lo compró en la platería de al lado de su casa justo después de separarse. Siempre había querido llevar una alianza, pero como a su ex-mujer, los anillos no le hacían ninguna gracia, dejó el asunto de lado mientras estuvo con ella. Fue cuando ella lo abandonó, cuando decidió encargarlo.

Tras el divorcio se derrumbó. Se sentía como si su cama, en la que ya pasaba casi todo el día, hubiera sido trasladada a un edificio en pleno proceso de demolición y la gran bola de acero, con la que se derruían las paredes y las vigas de hormigón armado, lo golpeara a él de lleno, a cada momento, con cada respiración.

Al verlo tan destruido, su psicóloga, le recomendó que comprase un objeto que pudiera llevar siempre encima a modo de amuleto, de tal forma, que pudiera tocarlo cada vez que comenzase a sentir las palpitaciones, el sudor frío, el ahogo, las nauseas o el dolor en el pecho que le producían su ansiedad y su depresión. Mientras la psicóloga hablaba de todo esto, él pensó inmediatamente en un anillo. Si aparecían los síntomas, dijo la psicóloga, debía  tocar ese objeto, y repetirse a si mismo una frase:  "Ahora estoy en el presente, soy adulto y tengo los recursos necesarios para estar en el mundo y para salir adelante".

Unos días después de la consulta psicológica recogio su encargo. En cuanto deslizó el anillo en el dedo anular de su mano izquierda y el calor de su cuerpo se trasladó al metal, una tranquilidad desconocida se apoderó de él, los latidos de su corazón y su ritmo respiratorio se habían acompasado. No podía imaginar que aquella treta casi infantil, pudiera darle tantos y tan rápidos resultados: un amuleto, un mantra, un poco más de valor y de constancia y su enfermedad podría ser combatida y quizás conjurada para siempre.

Pensó entonces en lo finas que son las lineas que separan las cosas verdaderamente importantes, como la enfermedad y la vida, tanto, que a veces basta un tosco anillo de plata para curar,los males del alma, del cuerpo y hasta de los sueños. Basta con un objeto cualquiera que sirva para forjar una alianza,  para comprometerse con alguien, aunque a veces ese alguien, sólo pueda ser, por exigencias del guión, uno mismo.







viernes, 24 de noviembre de 2017

El hombre de la jarra

Hace dos años cuando empecé a trabajar en El Cafetín no pude evitar fijarme en un hombre de unos cuarenta y tantos años . Era rubio, de ojos azules y rostro aniñado, tenía todavía cuerpo de adolescente, o como mucho de un  hombre joven cuyos  hombros no hubieran acabado de ensancharse. Tenía la mirada esquiva y la voz suave, a la que acompañaban unos finos modales.

Cada dos o tres días aparecía por el bar, pedía una jarra de cerveza que bebía en pocos minutos, en los que se escondía en una esquina de la barra hojeando la prensa. Hecho esto, con un leve gesto de su cabeza me pedía la cuenta  y se marchaba caminando con la vista  hundida, como si  un gran cuervo  se hubiera posado sobre su espalda y él no tuviera ya fuerzas para quitárselo de encima, dándole un  sencillo manotazo.

Meses después sus visitas comenzaron a ser cada vez más habituales, primero una vez al día, luego una por la mañana y otra por la tarde y ya, en las últimas semanas, acudía sin falta, dos veces por la mañana y dos por la tarde. A veces, cuando acababa mi jornada laboral y me dirigía a mi casa, lo veía en otros bares, en la misma actitud. Estaba claro que El Cafetín era sólo uno de los locales que visitaba a diario.

Esta mañana a las doce, tras pedir otra jarra se ha desplomado, golpeándose la sien con la esquina de la barra. Tras emitir en su caída un breve y agudo chillido de dolor y tras un último golpe duro y seco contra el suelo, ha emitido un suspiro lleno de comprensión y por fin de alivio.

Hace un rato los sanitarios lo han cubierto con una ligera capa metálica, fina y brillante,como el papel de plata.




lunes, 20 de noviembre de 2017

Fue antes (Letra de canción)

Fue antes, fue antes, la herida se hizo antes
y ya no se cierra por mucho que me enfade
y aunque no miro hacia abajo, en la memoria me encuentra.
un remolino de hojas, que llena todas mis horas

No cantes, no cantes, callar es importante
no saltes, no saltes, el mundo está delante
y aunque no quise tus líos, te vi flotando en el río
si me hubieras dado abrigo, me hubiera ido contigo

Es antes, es antes, la cura se da antes
un poco de cielo, te lo juro,  es bastante
para seguir adelante, con el futuro adelante
con un pequeño equipaje, la vida entera adelante

Fue antes,fue antes, la herida se hizo antes
y ya no se cierra por mucho que me enfade
y aunque no miro hacia abajo, en la memoria me encuentra.
un remolino de hojas, que llena todas mis horas.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Espejo

Veo en el parque una niña que juega con su muñeca.

La muñeca no es nada y lo es todo. La muñeca es la niña.

La muñeca es su espejo.

Así sucede con todas y cada una de las cosas.

El mundo es para nosotros sólo  un inmenso espejo.

miércoles, 25 de octubre de 2017

La caja de caudales


Cuando mi padre me regaló su pequeña y vieja caja de caudales, con su pátina plateada carcomida por los años, me dijo :"Quique, no pierdas la llave", y la conserve un tiempo, el suficiente para meter en ella un buen surtido de recuerdos de mi adolescencia:

Las caras de amor de mis primeras novietas, los anónimos que me dejaba e el buzón la vecina del tercero C, y dos bolas de acero del tamaño de pelotas de golf, que eran, a mis catorce años mis mayores tesoros. Allí están todavía las cartas de Nieves, una quinceañera a la que conocí, en una fría noche de verano, en las fiestas de un pueblo de montaña donde veraneaba desde niño.

Nieves, su hermana mayor y su joven padre, se acercaron a nuestra pandilla en el descanso de una verbena en la que bailábamos, cargados con la sangría de nuestra peña. Enseguida nos hicimos amigos y su padre desapareció discretamente, dejándonos a nuestras anchas.

Pronto comencé a bailar con Nieves, que a pesar de ser menuda y de andar embutida en un grueso  jersey de lana, sobre el que se abrochaba hasta el cuello una cazadora vaquera forrada de borreguillo, sobre la que había anudado un pañuelo negro estampado en blanco, se balanceaba con  una soltura y con una alegría casi fingidas, bajo la que se ocultaban recientes tristezas de las que pronto me haría confidente.

Entre baile y baile Nieves me contó que era de Málaga, que sus padres se habían separado hacía poco y que su padre, en el mes de vacaciones que le correspondía pasar con sus hijas, las había metido en un coche y se las había llevado a recorrer España, como quien huye, a la aventura. Toda aquella tristeza la veía yo también en sus ojos negros, en su rostro aceitunado y tenso y bajo su flequillo, bajo el que no podía ocultar sus pensamientos y el deseo de ser querida y de no ser nunca más abandonada.

Nieves me cogió de la mano y me condujo a un callejón oscuro que salía de la plaza del pueblo. Nos sentamos en el frío y duro suelo de piedra de aquel pueblo castellano, en el escalón de un portalón antiguo. Tras acariciar mi frente y besarme en la mejilla sentí su lengua rozando la mía, carnosa y áspera al principio, y luego reconfortante y dulce como el primer café con leche de la mañana, tras una noche de insomnio.

Ella electrizaba mi cuerpo mordisqueando con delicadeza maternal mi cuello, mientras mesaba el pelo de mi nuca con sus pequeños dedos. De nuevo sentí su lengua, esta vez dentro de mi oreja y no pude evitar emitir un púdico gemido.
- ¿Te gusta? dijo ella.
- Mucho, contesté  yo sin saber muy bien qué era lo que estaba pasando.
- En mi familia, susurró ella, nos gusta mucho acariciarnos las orejas.

Aquella frase se quedó grabada en mi cabeza. Nunca supe muy bien qué significaba pero ¿Acaso importa?

El frío  de la noche montañesa acabó por entumecérnos, amanecía en el callejón y todavía aturdidos, comprendimos que había llegado el momento de ir en busca de los demás.

Algunos amigos habían aguantado bien la noche y estaban en el solar de la peña, donde humeaba una fogata en la que alguien había puesto a asar unas salchichas. Nos sentamos junto al fuego, recuperamos fuerzas e intercambiamos nuestras señas. Nieves ató alrededor de mi cuello su pañuelo negro "Para que no te olvides de mi" me dijo, y yo correspondí, entregándole en prenda, mi único cinturón.

En el momento preciso, su padre y su hermana, que habían estado al tanto de todo todo el tiempo, acudieron a la peña a recogerla. Tomamos la última sangría juntos los cuatro y después se metieron en su coche y se marcharon. Durante dos o tres meses  meses intercambiamos algunas cartas, las suyas están en mi caja de caudales.

De vez en cuando cojo la caja, la acaricio y la muevo lentamente para sentir el choque metálico de las bolas de acero con sus paredes.

Cuando era más joven intenté abrirla sin éxito, años después,comprendí que todo lo importante que poseemos existe sólo en nuestras mentes, en la memoria, donde los recuerdos se desarrollan y crecen a su antojo, como la maleza en un jardín abandonado, donde se esconden los ratones, zumban las abejas, se arrastran las lagartijas y donde se aparean a veces, con suerte, los gatos.

martes, 17 de octubre de 2017

El vampiro feliz

Corría el año 1789 y en París todo estaba patas arriba. Fui llevado a las Tullerías por error, yo no era nadie en la corte, sólo un advenedizo, un cocinero que viniendo de lo más bajo, había sido ascendido por obra de la misma María Antonieta a personaje de moda, así que, los revolucionarios me confundieron, por mis distinguidas ropas, con un noble y me tocó pasar, además de las calamidades de los pobres, el merecido fin de los más poderosos.

Faltaban unas pocas horas para mi ejecución cuando un murciélago entró por la alta y enrejada ventana de mi celda y el muy condenado me mordió en el brazo izquierdo ¡Lo que me faltaba! pensé, el bicho va a hacer que se me gangrene el brazo, y comencé a reír sin control, la gangrena era en aquel momento el menor de mis problemas. Fue en mitad de aquel tremendo ataque de risa cuando me transformé en vampiro y aleteando escapé guiado por mi agresor por el enrejado de la ventana.

Los primeros días anduve eufórico, hasta que me di cuenta de que nunca más podría ver el Sol y de que había perdido el sentido del gusto. Sólo podía saborear los diferentes tipos de sangre, y aunque podía comer cualquier alimento común,  estos ni nutrían mi cuerpo, ni mi privilegiado paladar, así que, nunca podría volver a disfrutar de los platos que tan alto me habían llevado y que me había costado crear toda una vida.

Viajé durante siglos por toda Europa, consultando aquí y allá a colegas de la noche, pero sus respuestas siempre eran la misma: ninguno sabía como recuperar el sentido del gusto y además tampoco les importaba, con el sabor de la sangre, tenían más que suficiente. Yo la probaba y la probaba, bebí la de casi todos los animales vivos conocidos, pero aunque cada una tenía sus matices, todas tenían al final un regusto metálico, que a mi me recordaba a la afilada cuchilla de la guillotina.

Fue hace relativamente pocos años, quizá una década, cuando viendo un anuncio de televisión de  "Patatas fritas con sabor Jamón" encontré la solución a mi grave problema. Si se podía dar sabor de jamón a las patatas ¿No se podría dar sabor de foie a la sangre?

Al siguiente instante comencé mi proyecto y tras asesinar a varias ancianitas, no por su sangre, sino por sus joyas, reuní  un capitalito con el que poder instalarme. Elegí, entre todas las ciudades del continente Toledo, por parecerme lo suficiéntemente siniestra y turística como para poder ocultarme a plena vista. Compré un edificio antiguo, con mazmorras auténticas, e instalé en su sótano  mi casa,  mi laboratorio y en la entrada principal, mi pequeño restaurante.

Al principio experimenté con humanos, pero habían comido tantas y tan variadas cosas en sus vidas que, a pesar de someterlos a una dieta estricta, no conseguía progresos con el sabor. Los perros se revelaron demasiado humanos, a los gatos, demasiado caprichosos, no había manera de hacerles comer lo que era necesario y cuando pescaban algún ratón el producto se estropeaba. Monté un palomar, pero  las palomas se escapaban y picoteaban por ahí entre las basuras.

Por fin me di cuenta de que los peces eran lo más apropiado, así que compré, para empezar, dos docenas de acuarios y comencé a alimentarlos con diferentes productos. Los resultados al fin llegaron y pronto tuve pescados cuya carne y sobre todo cuya sangre sabía a jamón (esto encantaba a los niños) a chorizo de Pamplona o a fabada. No me resistí a servirlos en mi restaurante y pronto necesité también peces de colores dulces, para los postres, claro. Los tengo de sabor a crema catalana, de tarta al whiski y de otros muchos sabores, pero el que más éxito tiene es el de sabor a mazapán. Estando en la ciudad de Toledo esto era previsible. No sólo las pastelerías más antiguas y prestigiosas de la Plaza Zocodover me hacen pedidos semanales sino que estoy empezando a venderlos por internet a todo el mundo.

No puedo quejarme y así lo declaro a los cuatro vientos, he llamado a mi restaurante y a mi marca de peces de sabores "El vampiro feliz" haciendo honor a la máxima de que no hay secreto mejor guardado que el que nadie quiere creer.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Una mañana cualquiera de escritura

Una hoja seca entra por la ventana abierta de la biblioteca. Otra vez estamos sin aire acondicionado. Como mi vida misma, pienso, que tampoco está muy bien acondicionada.

Por eso paso aquí mis mañanas, en una huida que va desde mi herida interna, a los libros, al papel, sin pasar por el mundo.

Practico la escritura automática, escritura terapéutica para una mente enferma que intenta mantenerse a flote.

Podría quedarme en la cama pensando en el sexo, como hace tanta gente, pero entonces acabaría recordando el desconsuelo que siento cuando, tras aparearme, compruebo, una y otra vez, que no he regresado al útero materno.

El nacimiento no se supera. Espero que la muerte se supere, que sea  La Nada, que es lo único que puede acabar con la soledad, que es la angustia que acompaña a la existencia.

Me diréis que también en el mundo hay amor, y es cierto. El amor es un alivio, pero no la solución al dolor existencial porque el amor nos ata a la vida.

La vida es el recuerdo que se hace y el recuerdo es la herida.

Aquí, como digo, hay una ventana abierta, aunque con poca caída, al patio del albergue de transeúntes. Si me arrojara por ella, si cediera, dejaría paradójicamente de ser un transeúnte.

Me levanto, recojo la hoja seca y la tiro por la ventana. La devuelvo al mundo al que pertenece.

Yo vuelvo a mi silla, a mi sitio, a mi escritura.

Hoy mi pluma, cargada de tinta azul intenso recorre el blanco papel como surcaría Moby Dick los celestes mares. Circundando el el planeta que nos sustenta, resentida, pero al fin y al cabo todavía viva y libre.


jueves, 28 de septiembre de 2017

Buen trato

Leo en un libro de Amos Oz su famosa frase "Haz la paz, no el amor" y pienso que no le falta razón al hombre, cuando asegura que el amor no es el contrario de la guerra y que el contrario de la guerra es la paz.

Dejando a un lado el debate de si yendo  hacia el lado contrario de algo, se acaba con ese algo, o si simplemente, como creo yo, se huye de ese algo ,  me pregunto:

¿Es suficiente la paz?

Con esto quiero decir que estamos tan acostumbrados a ver atrocidades, que nos conformaríamos con que estas dejaran de existir, lo que no es poco, pero no es suficiente con acabar con los malos tratos.

Lo que es de verdad  necesario, es que nos tratemos bien.


martes, 26 de septiembre de 2017

El sueño llega

Al atardecer  me siento a leer en un banco frente al río.

Las libélulas espolean el agua en busca de mosquitos muertos y los peces, al verlas, se abaten sobre ellas mostrando sus brillantes espinazos anaranjados. Las remolcan  hasta el lecho del río donde las ahogan en un limo gelatinoso y frío.

Una urraca se apea del transportín trasero de una bicicleta. ¿Cuántos kilómetros habrá recorrido de polizón, sin que el ciclista se haya dado cuenta de su presencia?

Una cigüeña vuela hacia mi, mostrando el envés de sus alas, decoradas con afelpados círculos negros sobre fondo blanco, y se convierte así, ante mis ojos, en una repugnante mariposa gigante.

Estremecido salgo de mis ensoñaciones y me pregunto cuanto tiempo habito en mi interior y cuanto de lo que me sucede es realidad y cuanto sueño.

La última luz solar va cayendo, el aire se aquieta y un olor a lodo estancado impregna mi piel embadurnándola de tierra y sudor.

Las nubes cubren el cielo  convirtiéndolo en una bóveda en la que se abren, de tanto en tanto, claraboyas por las que se cuelan, con toda su angustia, los últimos rayos del día.

Cierro el libro que sostenía en mi regazo y vuelvo a casa paseando por el parque.

Las hormigas se descuelgan de los árboles cayendo sobre mis brazos y entre el hueco que queda entre mis gafas y mis ojos, donde las sacudo.

Los árboles a su vez se hunden en el río, donde el polen se fija formando una fina y densa capa de coral.

El planeta vira unos pocos grados más, la noche llega, devolviéndome mi brisa de inconsciencia y por fin el sueño.


sábado, 9 de septiembre de 2017

Belleza

Hay en el mundo tanto dolor y tan poco consuelo, que dan ganas de mirar hacia cualquier otro lado, aunque esto sea, claro está, casi imposible.

Fijo mi mirada en él y descubro que detrás de todo lo que nos rodea está la belleza:

Tras un pez que boquea o tras el nacimiento de un hijo, está la belleza.

¿Hay algo más detrás de esta belleza? ¿Está acaso Dios allí agazapado desde el principio de los tiempos?

¿Acaso importa?

La belleza está aquí y alivia nuestra existencia, siempre accesible, para quien sepa mirarla

Con eso, a mí, por el momento, me basta.

martes, 5 de septiembre de 2017

Televidentes

Leí hace tiempo que el televidente, de alguna forma, nunca esta sólo, que para estar sólo tendría que ponerse un dvd.

Creo que esto es cierto, pero ¿Cómo se explican estas relaciones entre la soledad y los mass media en la era de internet? ¿Está sólo el que ve una serie on-line?  No lo creo.

 De lo que no queda duda, afortunadamente, es que el único medio que sigue asegurándonos una soledad casi perfecta es el libro, porque lo que vemos en nuestra mente, cuando leemos, lo creamos entre el autor del libro y nosotros mismos.

La imagen resultante de nuestra lectura  es diferente a cualquier cosa que otros imaginen al leer el mismo texto, aunque lo hagan en el mismo momento.

Aquello que vemos cuando leemos un libro, es sólo nuestro, lo vemos nosotros solos en nuestra propia mente .

lunes, 4 de septiembre de 2017

Espiral



En el centro de la galaxia hay un sumidero que acaba, con todas las curvas de su silenciosa espiral, en un lleno absoluto.

Hacia él se dirigen las amorosas y extenuadas estrellas, llevando a cuestas sus sistemas planetarios y con ellos sus planetas, sus satélites, sus cinturones de asteroides y sus cometas.

Se abisman en este centro también el espacio, el tiempo y la luz, toda la luz.

Cuando por fin lleguemos deseo sentir el abrazo comprimido de toda esa materia.

Un fuerte abrazo, uno eterno, que es el que corresponde a un agujero negro.

jueves, 10 de agosto de 2017

En el sueño

En el sueño encontrarás compañía para tu soledad. Fíjate en lo sabios que son los gatos, por eso duermen tanto. Saben que en los sueños nada se les niega.

A este tipo de sueño en los que se realizan los sueños los llaman sueños de compensación ¡menudo trabajo tienen!

lunes, 7 de agosto de 2017

Siéntate a la orilla del río...


Trabajo de camarero en una terraza en la ribera del Ebro. Me da por pensar que esta es una buena ocasión para poder ver pasar flotando el cadáver de mi enemigo

Mientras limpio una mesa levanto la vista y le veo sentado en la otra orilla, esperando a que sea yo el que pase primero, flotando.

Creo firmemente que las dos caras de este proverbio son ciertas, así que, siendo consecuentes, todo acabaremos flotando, como es de justicia, ante los ojos de nuestros adversarios.

Cuando me llegue el turno ¿veré las nubes y las estrellas o el lecho del río? Me conformo con cualquiera de estas dos opciones, y a ser posible con las dos, alternándose las vistas, día y noche.

Lo único que pido es no tener que flotar en el río junto a mi enemigo, esto ya, sería demasiado.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Copia

Mi ordenador me recomienda que cree un punto de restauración. Para el que no sepa, si es que esto es  posible, explicaré que es un mecanismo para proteger el equipo.

Me parece entender que se hace una especie de copia del contenido del ordenador en una fecha concreta, por ejemplo hace un mes, y una vez que la tenemos podemos eliminar,  un virus que nos infecte el ordenador, dándole a este la orden de que elimine todo lo nuevo hasta el punto de recuperación.

Pienso en esto y me parece muy poético, es viajar en el tiempo, aunque sea virtualmente.

El tiempo nos protege y se puede viajar en él, al menos al pasado, siempre que antes podamos hacer una copia.

martes, 1 de agosto de 2017

Padres.

- ¡Como se nota que no tiene usted hijos! Me dijo la señora, ante mi mirada de asombro, mientras sus dos chavales tiraban al suelo las sillas del bar.

No pensaba decirle nada, estaba seguro de que no se podía hablar mucho con ella sin discutir, pero me estaba mirando muy  fijamente, esperaba mi respuesta . Así que le contesté:

- Como se nota que usted no sabe lo que es no haber podido tenerlos y tener que aguantar, además, la mala educación de muchos de los de los demás.

- Los niños son niños.

- Y sé ya, y ellos no tienen culpa de nada señora. A mi ellos me molestan, pero me molesta más usted, porque los hijos no obedecen, imitan. Yo, de niño, continué, molesté lo justo en los bares, porque mis padres cuando me ponía pesado, me acaban fuera del bar para que no chillara en la cabeza de la gente o acabara tirando las sillas por los suelos.

La señora comenzó a insultarme, dándome así  la razón en todo, y brindando a sus hijos otro fabuloso ejemplo. Yo, siguiendo el ejemplo de mis padres, pagué, me despedí y me fui a buscar la tranquilidad a cualquier otro sitio.


lunes, 31 de julio de 2017

Abierto



Espacio vacío

El Mundo es un negativo de mi cuerpo

Molde de cera caliente

Luz blanquísima

Tejado ardiente


viernes, 28 de julio de 2017

Que huye

Fotografío con mirada torpe un mundo que huye , que se resiste a la tentación de meterse debajo de las ruedas.

Lidio con su cuerpo, con sus drogas y con sus medicamentos. Con el mundo entero que se expande como si creyera que puede ir a algún sitio.

Fuera, dentro de la cabeza y dentro o fuera de sí mismo.

miércoles, 26 de julio de 2017

Competitividad

La competitividad es una esclavitud diferida, trasladada de arriba a abajo

En la competitividad no hay igualdad

La excelencia es una exigencia diferida, de arriba a abajo.

En la excelencia no hay libertad.

Como hizo nuestro Señor Jesucristo, hay que predicar con el ejemplo, porque los que predican están encantados con sus normas, siempre que sean los demás quienes las cumplan.

domingo, 23 de julio de 2017

Darse cuenta (Un sueño de pérdida).

Sueño que me despierto, que alargo la mano y que no estás en la cama. Me pregunto angustiado dónde habrás pasado la noche y si habrás tenido frío.

La tristeza me despierta y recuerdo que hace  meses que ya no vives conmigo.

Sueño con mi gata Carmela

Ando unos días algo inquieto, sin saber el motivo.

Sueño con que todos los compañeros llevamos nuestras mascotas al trabajo. Yo llevo a mi gata Carmela. Se hace de noche y a lo lejos, entre las raíces de un arbusto, veo como uno de los perros hiere mortalmente a Carmela.

Me despierto y me doy cuenta de que hace justo un año desde que tuvimos que sacrificar a la gata.

Parece mentira cuantas cosas sabemos sin saberlas y lo que nos hacen sufrir sin ser conscientes del motivo.

sábado, 22 de julio de 2017

Tonto (Una historia de bar).

Mientras atendía la mesa no podía evitar escuchar la conversación entre una mujer joven y unos cuantos señores y señoras mayores a los que esta acompañaba. No pude menos que enfadarme con la mujer joven "Joder, esta tía es tonta, les habla a los mayores como si fuesen tontos" pensé.

Fueron pasando los minutos, fueron llegando otras personas mayores y al hilo de lo que decían comprendí que, efectivamente, los ancianos eran personas con algún tipo de discapacidad intelectual. Entonces me sentí culpable por haber pensado mal de la mujer y de haber medio llamado "tontos" a unos señores que estaban allí, en el mundo, dando ejemplo, luchando por mejorar sus vidas, y disfrutando de ellas.

Por fin me di cuenta de que el único tonto en aquel bar había sido yo. En fin, siempre se puede aprender algo, de cualquier otro ser humano.

Bienvenida sea siempre la humildad.

viernes, 21 de julio de 2017

Verdad, belleza y meditación musical.

Casi todos los día encuentro la evasión de mi mismo, casi siempre en el arte.

Todo el mundo debería tener su método par darse un descanso, un descanso que sea, además, creativo. En mi caso es a menudo la música o la lectura, cada cual que busque sus drogas.

 Así me ocurre a mi a veces cuando tengo suerte:

Bach, por ejemplo, con su música, me despeja el consciente como lo hace el viento con las hojas de la calle.  Entonces dejo de pensar un momento, un solo momento mágico entre pensamiento y pensamiento, en el que rápidamente afloran, desde el inconsciente, las ideas en las que el cerebro ha estado trabajado medio a oscuras.

Allí están, desde siempre esperando la verdad y la belleza.



martes, 18 de julio de 2017

Menos es más

Parece que poco a poco va siendo aceptada la máxima de que "Menos es más" ¿Cuando entonces nos daremos cuenta de que más es menos?

Las palabras

Creer en las palabras.

Sólo son palabras, pero en ellas creemos. Ya estén están en el aire , en los libros sagrados  en los carteles.

En algo creemos,  más o menos, todos.

No podemos negar que creemos en las palabras.

domingo, 16 de julio de 2017

Sócrates


Si te quedas en el punto medio, como Sócrates, te quedas a medio camino, fuera de todo, en ninguna parte, y está claro que esta sociedad le da mucha importancia a llegar alto.

Así, a bote pronto sólo se me ocurre un lugar en el que es mejor estar en el medio: En la mitad del recorrido de 180 grados que hace un ventilados de pie. Si mis cálculos son correctos la ráfaga de aire tiene que pasa por ti antes de ir o de volver a cualquier parte, aunque creo que a partir del primer recorrido completo la cosa se iguala.

En fin, pobrecico Sócrates y póbrecico mundo ¡Qué poca mesura!

Nota: En la foto Sócrates, el futbolista. por darle un poco de color al asunto.

sábado, 15 de julio de 2017

Ilusión

Cuando no hay un objetivo vital una, ilusión verdadera, trascendente, en vez de seguir buscándola, se busca un entretenimiento.

Esto parece algo sin importancia pero se vive por un motivo, por una ilusión, aunque sea pequeña, jamás por un entretenimiento.

martes, 11 de julio de 2017

domingo, 9 de julio de 2017

Cloroformo


Siempre he querido tener un frasquito de cloroformo. Pasan los años y ese deseo infantil,en vez de menguar, aumenta. Cuanta más gente conozco más deseo el bote de cloroformo. Su inconsciencia o la mía. Al fin y al cabo, en caso grave, siempre puedo aplicarme a mi mismo un trapo empapado en la beatífica sustancia.
Ay, lo que daría yo por un frasquito de cloroformo

sábado, 17 de junio de 2017

Acumulación





La sociedad teje un inmenso holograma para evitar que nos demos cuenta de que en realidad seguimos luchando por la supervivencia, igual que nuestros compañeros los animales.

Nuestra lucha es mucho peor que la de ellos, porque ellos luchan por sobrevivir y nosotros por triunfar y este triunfo se basa en la acumulación, así es como estamos acabando con los recursos del planeta.

Nos hemos enredado en los números, en las cifras, simbólico en la sinrazón y en el desprecio por los demás.

No hay nada más terrible que esta acumulación pues no sólo deja sin recursos básicos a los demás seres vivos que nos rodean, incluidos los humanos, sino que además no responde, a partir de un punto de riqueza, a ningún beneficio adicional al que la acumula, es más, le perjudica mentalmente en gran medida.

Los caprichos y las bobadas de los más ricos de entre los ricos , son el sufrimiento del resto de la humanidad.

lunes, 12 de junio de 2017

Las comentaristas




Aquella mañana de domingo las dos ancianas hermanas, de punta en blanco,  recorrían las dos calles que separaban la Basílica de Santa Engracia de su casa. Habían salido con tiempo, caminaban despacio, era mañana de boda y había que coger sitio.

 La iglesia contaba con suelos de mármol y con un Cristo que colgaba de dos cadenas,  que a su vez colgaban de un gran anillo dorado de un metro de diámetro del que de nuevo salían dos cadenas que iban a parar, por fin,  a los muros laterales de la iglesia.

Se contaba que aquel anillo era de oro macizo y que había sido fundido con las donaciones de joyas de las feligresas.

Mientras las dos ancianas buscaban los mejores  asientos para contemplar la primera boda del año, el joven cura y su monaguillo,  apuraban los últimos restos del vino de consagrar del mes y el sacerdote daba orden a su subordinado de acercarse a por otros cinco litros de vino al supermercado de El corte Inglés. Una vez provistos de nuevo de vino guardaron el necesario para los oficios del día y prosiguieron sus libaciones y comenzaron a vestirse.

 Los invitados de las familias del novio y de la novia, que también habían acudido a pie, dada la cercanía de sus residencias,  se agolpaban en la puerta de la basílica y se saludaban con sonoros besos que no llegaban a tocar sus mejillas,  para adentrarse  después en el templo, los hombres de chaqué, las mujeres de traje chaqueta corto y claro.

Las dos hermanas ya en el interior, desde hacía veinte minutos, comentaban el pase de modelos con gestos de aprobación o de disgusto según sus propios criterios

-Ese vestido se lo vi a la Preisler el otro día en el Hola, decía una
- Ya decía yo que me sonaba, pero a esta le han ajustado el talle. Mucho arreglo ha necesitado, claro, no todas estamos  hechas para Armani.

 Entre dimes y diretes la boda había ido avanzando según lo planeado, el joven cura acababa de declarar a los novios marido y mujer, cuando se desplomó como un bolo, golpeando el suelo con un ruido seco de madera noble al que siguieron diferentes expresiones de susto y alarma. También hubo quien ante la seriedad del momento no pudo reprimir una o dos sonoras carcajadas.

Los recién casados fueron los primeros en socorrer al prelado.

- Huele a vino que mata, le susurró el novio a la novia.
- ¡Un golpe de calor, un golpe de calor! ¡Un médico, un médico! gritó entonces ella.

Por supuesto había varios doctores en la iglesia, uno de ellos con el aire resuelto de quien ha salvado ya no pocas vidas, se acercó al altar.

- No se preocupen señores, está fuera de peligro, dijo en voz alta el médico, tras oler al cura y realizar unas simples pero al parecer efectivas comprobaciones. Hecho esto se incorporó para llamar a una ambulancia.

Las señoras de las primeras filas se acercaron a los recién casados y estos comenzaron a recibir las primeras felicitaciones, mientras, los sanitarios y el monaguillo, sacaban en camilla al sacerdote por la puerta de la sacristía.

Nuestras dos ancianas, acabada la boda deshacían el camino de vuelta  a su casa

- ¡Un golpe de calor un golpe de calor! dijo una de ellas con aire sarcástico.
- jejeje  rió la otra,  no se lo ha creído ni ella
- Excusatio non petita... dijo la primera
-  Acusatio manifesta,  remató la segunda.


domingo, 11 de junio de 2017

La Bicicleta



El chico tenía nueve años cuando sus padres le dieron las llaves de casa por primera vez, al día siguiente no podrían ir a buscarle al colegio, pero él era mayor y podía volver solo y también prepararse la merienda, hacer los deberes solo y esperar a que ellos llegaran, y eso hizo.
Unos días más tarde volvió a ocurrir lo mismo pero en esta ocasión además de volver solo, antes de llegar a casa tendría que ir al dentista, también solo. Aquello ya le dio más miedo, aunque la consulta estaba sólo dos calles más lejos, pero también lo hizo y las enfermeras y el propio médico se quedaron impresionados de lo valiente que era, ningún niño de nueve años iba solo a que le sacaran una muela, dijeron. Sus padres también alabaron su valor pero en vez de darle un premio, al día siguiente, volvieron a decirle que volviera sólo a casa.
Lo que al principio había sido una aventura se fue transformando en una situación de abandono progresivo. Los primeros días tras merendar y hacer sus tareas vio la televisión, los siguientes vagabundeó por la casa, curioseó en los cajones del dormitorio de sus padres y en todos los armarios, espió a los vecinos  por la ventana del recibidor que daba al patio de luces, estaba en un sexto piso. lo que le daba una visión casi total de los baños de todas las viviendas. Cuando se aburrió de esto tiró algún vaso de agua al mismo patio por pura curiosidad, para ver qué era lo que pasaba. Algunas señoras se quejaron a los padres del chico, que a su vez  reprendieron al chico su actitud, así que este no lo volvió a hacer.
Finalmente, tras explorar y agotar todas las posibilidades que su soledad le proporcionaba, se fue entristeciendo, llegaba cansado a casa,  se tumbaba en la cama dejándose llevar por su imaginación y se levantaba al oír en la puerta de entrada a sus padres, que volvían a la hora de prepararle la cena. Por las noches dormía inquieto, poco y mal.
En el colegio se vio envuelto en alguna pelea de la que salió más o menos airoso y a la que sus profesores no quisieron dar importancia por ser “cosas de chicos” sólo cuando sus notas bajaron escandalosamente, la maquinaria educativa se puso en marcha. La llamada a los padres era obligatoria ¿Había algún problema en casa? ¿Jugaba el chico con otros niños? Sí, se había vuelto algo violento y algo problemático, sí,  el chico había suspendido cuatro asignaturas.
Tras aquello sus padres tomaron cartas en el asunto y le enviaron todas las tardes, también solo, a una academia de recuperación.

Sus notas mejoraron y como premio los padres decidieron comprarle al chico otra bicicleta.

Cuando el chico llegó a casa después de la academia se encontró allí a sus padres con aquella estupenda sorpresa. El chico se montó en su nueva bicicleta dispuesto a probarla en el pasillo cuando escuchó decir a su madre que no, que en casa no se iba en bici, si quería podría probarla al día siguiente,  cuando volviera de la academia, entonces el chico pedaleó con fuerza a lo largo del pasillo giró con audacia en la esquina llegó al recibidor, desmontó,  abrió la ventana y tiró por ella la jodida bicicleta.